viernes, 21 de febrero de 2014

INGENUO

Pues creo que sí. Creo que tengo que pedirles disculpas por mi ingenuidad. Me gustan las personas contentas. No me gustan aquellas que van por la calle, por todos lados, con caras tristes o de pocos o ningún amigo.Ayer, contrariamente a lo que suele ser su porte habitual, vi una cara contenta: la de Dña Rosa, esa señora de UPyD. El Congreso de los Diputados español había votado - eso sí, algo disminuida - una propuesta suya y había conseguido el 86% de los votos. No está mal! No está nada mal!Y, claro, estaba radiante. Habían votado, ese 86%, contra Catalunya, lo cual no es nada nuevo y en la España de sus amores, eso, además, parece propiciar muchos votos. Alguno de los suyos podrá disfrutar de unas vacaciones, generosamente pagadas por todos nosotros - los del 86% y los del 14% -, durante 4 años en el Parlamento Europeo que son las primeras elecciones a la vuelta de la esquina. Mi ingenuidad empieza ahora: Yo me pregunto ¿y qué?. Todo eso para unas vacaciones de alguno de los suyos! Porque, a parte, ¿para qué sirvió esa votación? Que no quieren la consulta, ya lo sabíamos. Que quieren empitonar a Catalunya, ya lo sabíamos. Que harán todo lo posible para que no se escape la vaca que amamanta, ya lo sabíamos. ¿Algo nuevo?. Me parece algo parecido a la votación del Parlament de Catalunya, votando la resolución de soberanía. Muchos contentos! Y, ¿qué? si ya lo sabíamos. Yo no necesito un Parlamento español que vote lo que voto ayer ni un Parlament de catalunya que vote lo que votó hace unas semanas. Vendrán luego las liebres, vestidas con togas de Tribunal Constitucional, que irán discutiendo si son galgos o podencos, que si efectos jurídicos o no. Lo siento, me importa un bledo. Las cosas son como son lo acepten o no las liebres y otros y lo ya sabido, a pesar de la buena voluntad de quienes nos lo recuerdan de vez en cuando, ya aburre. Lo dicho: soy un ingenuo!

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